La Opinión
May 3, 2010

Voluntarios De Domingo 

Decenas de miles participaron en 500 proyectos del gran evento anual de ayuda mutua Big Sunday

By Carlos Avilés

Don Taurino Villegas pudo haber pasado su domingo cocinando una carne asada, bebiendo algo frío que le apaciguara los 78 grados Fahrenheit que ayer dejaba el sol en Los Ángeles, y viendo un buen partido de futbol. Sin embargo se fue a sembrar decenas de plantitas y a limpiar los jardines en la escuela primaria de su hija como una obligación moral.

“Pues por muchas cosas, primero por el sentido del apoyo y del voluntarismo”, expresó sus razones para tomar el azadón y la piocha en pleno mediodía. “Y como yo la impulso a ella a que sea voluntaria, pues yo tengo también que darle el ejemplo”, agregó.

El caso de don Taurino no es el único. Ayer, casi 50 mil voluntarios se unieron al décimo segundo aniversario del “Big Sunday”, un evento que no hace honor a su nombre, pues se trata de un fin de semana completo donde miles de proyectos sociales son realizados a lo largo y ancho del Sur de California.

Estos proyectos incluyen la limpieza de calles, vecindarios y parques, remodelación de escuelas, servicios gratuitos de lectura a menores, dar de comer a indigentes, realizar mercados de pulgas, ventas de garaje, limonadas y donde el dinero recaudado se ocupa para la caridad, entre otros.

“En estos días, hay muchas personas trabajando duramente para dividir a las personas”, reflexionó David Levinson, fundador de este entretenido proyecto. “Y con el Big Sunday, lo que me encanta es que más que cualquier otra cosa, lo que hacemos es traer juntos a toda la gente”.

Algo así casi sucedió en la Escuela privada “Un Lugar llamado Hogar”, que está en el mero corazón del sur centro de Los Ángeles, donde cerca de 300 voluntarios llegaron a pintar, reparar paredes y hasta construir espacios nuevos.

En este lugar cientos de niños reciben clases gratuitas de música, tutoría para la escuela, para padres, deportes y varias actividades que los alejan de las pandillas y de la mediocridad, dijo su presidente Johnatan Zeichner.

A través del programa Big Sunday, la escuela logró casi remodelar por completo su estructura habitacional usando a verdaderos trabajadores de la construcción que donaron su tiempo y además, con los mismos padres y menores que usan la escuela.

“Sin todos estos voluntarios y sin el Big Sunday, todo esto nos hubiera costado más de 50 mil dólares”, expresó. “Es fantástico porque así como arreglamos el lugar, los padres y los niños se vuelven parte de su mismo proyecto, de algo que les pertenece”, agregó.

Bajo el lema “Todos ayudan, todos ganan” los 50 mil voluntarios inscritos para el fin de semana se repartieron en casi 500 proyectos en cerca de 350 lugares de la ciudad. Cerca de 250 organizaciones y escuelas participaron en los eventos.

Varios eventos programados con anticipación reciben fondos de la organización Big Sunday para realizar el evento, pero en la mayoría de los casos son hechos por los mismo proponentes de las actividades.

Algunos eventos duran solo una hora, otros varios días, y lo importante es que no importa la raza, el credo, la edad, o la situación económica de las personas, todos tienen la capacidad de ayudar a alguien y las ocasiones para hacerlo, según los organizadores.

En la Escuela Primaria de la Calle 24 por ejemplo, Victor y David Vazquez, de 13 y 8 años respectivamente, llegaron a cultivar hortalizas y a limpiar el terreno de su escuela para sembrar otras plantas y así colaborar con el lugar donde reciben su educación.

“Ohhh esto ha sido ‘cool’ “, subrayó el pequeño David con sus manos llenas de tierra y su camisa pintada a colores por las actividades que realizaron antes de empezar la jornada.

— ¿Está mejor que jugar Nintendo?— preguntamos.

—Oh. Yes, much better”, contestó.

Ali Bhai, director del proyecto de jardinería de la escuela, informó que ésta tiene un proyecto de siembra, donde instruye a los menores a conocer de dónde provienen los alimentos y a cultivarlos de forma orgánica para que tengan una dieta más saludable.

“Cuando ellos ven que sus padres y voluntarios vienen a ayudarles en su jardín no solo sienten diversión”, expresó Bhai. “Sienten también que hay otras personas que se interesan sinceramente por sus vidas y por su futuro”.

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